jueves, 15 de septiembre de 2016
Colaboración: Carta a la hija de un hermano: tributo a los padres separados.
Te veo ahí tan dormida, tan indefensa, tan inocente, con tu respirar profundo como tu sueño, veo tu piel suave, blanca como la nieve, dueña de tu propio mundo, con tus ojos miel tan grandes como los míos cerrados, anclados en tu sueño.
Oh! Mi lady no despiertes, sueña con tus pequeños pies tocando la arena de una playa blanca, sueña con el mar meciendo tu cuna, con una brisa que mueve tu cortísimo cabello dorado como el sol que calienta tus sábanas de colores pasteles con dibujos de mariposas que parecen echar a volar junto contigo.
Oh! Pequeña dama no despiertes, sueña con el mar, no despiertes ahora que se acerca la tormenta no despiertes, oh! Princesa, hija de un rey destronado que se ahoga en su propio llanto desesperado por un amor destruido sin piedad alguna, víctimas rey y princesa, ciego el uno y dormida la otra, que no escuche, que no se entere de lo que ocurre, que no sepa, que no despierte, que siga dormida...
- Gloria Carrasco.
Voy a decir esto bajito... me gusto... no vaya a ser que se despierte la princesita:))
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