martes, 11 de agosto de 2015

Otoño permanente.

Nunca llegarás a entender lo frágil y débil que me sentía al roce de tus manos contra mi piel agrietada.
Me destrozaste en mil pedazos como a una muñeca de porcelana.
Golpeaste directamente mi alma y colapsaste mi mente.
Me desvanecí cual hoja caduca en un otoño permanente.
Nunca llegarás a entender el daño que hiciste.
Ni sabrás cuantas lágrimas cayeron mientras sonaba alguna melodía triste.
Me vi envuelta en viejos recuerdos ahora convertidos en traición.
Dejaste al descubierto todos los moratones de mi corazón.

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