La noche me abraza, oscura y fría, desde mi ventana.
El susurro del viento me golpea en la cara y, por un instante, tan
solo un instante, juraría que ha dicho tu nombre.
Dulce. Amargo.
Es como clavarme un puñal en mitad del pecho.
La lluvia se ha trasladado al interior de mi cuarto, ahora
emana de mis ojos.
Ojos marcados por el cansancio de una mujer que respira,
pero no vive.
Abro aún más la ventana, de par en par.
Me siento en
el alféizar con las piernas por fuera.
Todavía hay coches circulando.
Miro al cielo, casi negro.
¿Por qué me
abandonaste tan pronto? Me prometiste no dejarme nunca. No has cumplido tu promesa.
Ahora estaremos juntos para siempre.
Cierro los ojos y me fundo con el viento en un abrazo
eterno.
Me ha encantado!
ResponderEliminar¡Gracias, Lety! :)
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