viernes, 5 de mayo de 2017

Colaboración: Tocando el cielo.




La cena estaba servida, las velas candentes y la sopa de letras, como a ella le gustaba. El picaporte de la puerta descendió dos veces y sólo cuando la vi aparecer, mi sonrisa hizo lo propio. Paula dejó su bolso y tras espetarme un tímido "Hola cariño" se lavó las manos, tres veces, claro, como siempre, ¡cómo me gustaba! Se secó dedo a dedo, cuidando cada movimiento, con esa sutileza que me tenía embobado desde hacía ya tiempo. En silencio apagó la luz, y la encendió y la volvió a apagar. Se aproximó a la mesa donde yo permanecía hipnotizado mirándola, aun no era mi momento, debía esperar... Apartó la silla, se sentó, se levantó, se volvió a sentar y se aproximó hasta que pudimos mirarnos por fin a los ojos, después de estar separados todo un largo día de trabajo.
- Perdona amor, ya estoy lista, ¿tuviste que esperar mucho tiempo? - Eso no importa, esperaría toda la vida si fuera necesario, ahora dime una cosa... ¿Quieres casarte conmigo?

- Rubén Juy. @juy_escritor (Instagram).

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