El domingo, 12 de marzo, Ciudad de tinta tuvo el placer de reunirse con el escritor (y amigo) Fernando Cotta Pollo. Paseamos por tierras onubenses y disfrutamos de un día junto a tan gran persona, que, entre otras muchas cosas, nos dejó una grata entrevista:
1. ¿Cómo te interesaste por la lectura?
Mi abuelo era un lector empedernido y él me puso en las manos 'Los tres Mosqueteros'.
2. ¿Cuáles son tus escritores de referencia?
Robin Cook, Quevedo, Cervantes, Manrique, Vázquez-Figueroa, Pérez-Reverte... La lista es muy larga.
3. ¿Ha supuesto un gran cambio en tu vida ser escritor?
No, excepto en que trabajo más horas que antes. Lo mejor es que no dependo de nadie.
4. ¿Pensabas que algún día verías una obra tuya publicada?
Estaba seguro. Hice un estudio de mercado y a partir de ahí sabía que iba a publicar.
5. ¿Qué ambiciones tienes dentro del mundo literario?
Vivir holgadamente, que no sobre pero que no falte.
6. ¿Cómo se te ocurrió la idea para 'El Duque del Altozano'?
Escribí 'Venganza del Altozano' y aproveché parte de esa historia. Gonzalo Simón me dijo que su hermana se había enamorado de 'el Duque', que lo utilizara, y eso hice pero innovando.
7. ¿Podrías darnos algún adelanto de tu próxima novela?
La prosa no tiene nada que ve con 'El Duque del Altozano'. Es una novela histórica que analiza y comparan datos y saca conclusiones.
8. ¿Te sientes identificado con el Duque?
Solo con el trasfondo de la historia.
9. ¿Por qué te decantaste por el castellano antiguo?
Me es más fácil escribir de esta forma por los libros que he leído. Don Juan Tenorio, de Zorrilla, me marcó.
10. ¿Qué género literario prefieres? ¿Por qué?
Prefiero la novela histórica. Me gusta que la literatura me aporte datos e información.
11. ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere ser escritor?
Si quiere vivir de la literatura que aprenda a hacer autocrítica. Que deje la vanidad a un lado y que sepa que lo que va a crear es un producto y se tiene que adaptar al mercado. Si hace un estudio de mercado y es viable que siga adelante y consiga ser como el caballo de un picador, que se tape los ojos y los oídos y siga adelante.