El día siguiente fue uno
de esos días optimistas en los que crees que todo va a salir bien y
todos los malos presagios parecen no más que productos de tu
imaginación. Me reí de mi misma pensando en el miedo que experimenté el día
anterior al creerme completamente sola, como si todo no hubiera sido
nada más que una traición del subconsciente.
Lo primero que hice
después de desayunar fue encender el portátil. Entré en mi correo y vi
que mi mejor amiga estaba conectada. Decidí hablarle.
Hey! te llamé ayer pero no me cogiste el teléfono, ¿qué tal todo? - 10:06
Dejé el portátil con
sonido por si me contestaba y fui a tratar de encontrar una solución
para aquella televisión que no encendía. Los cables estaban todos
desenchufados, sujeté el extremo de uno de ellos con una mano y el otro
con la otra y los miré confundida sabiendo que no tenía ni la más mínima idea de cómo hacer para que ésto funcionara. Entonces sonó el portátil.
Era extraño, el mensaje no era de mi amiga, era un correo anónimo, probablemente spam o algo parecido. Entré en la bandeja de entrada y vi un mensaje bastante raro. Al abrirlo se podía leer en unas grandes letras rojas:
'No confíes en nadie, ellos tratarán que hagas exactamente lo que quieren. No confíes, por muy real que parezca.'
Un mensaje raro, tal vez una de esas cadenas estúpidas... ¿O tal vez no?
Recibí otro mensaje, esta vez si era mi amiga:
Era extraño, el mensaje no era de mi amiga, era un correo anónimo, probablemente spam o algo parecido. Entré en la bandeja de entrada y vi un mensaje bastante raro. Al abrirlo se podía leer en unas grandes letras rojas:
'No confíes en nadie, ellos tratarán que hagas exactamente lo que quieren. No confíes, por muy real que parezca.'
Un mensaje raro, tal vez una de esas cadenas estúpidas... ¿O tal vez no?
Recibí otro mensaje, esta vez si era mi amiga:
Hola! Qué es de ti? Hace tiempo que no hablamos. Hoy hay una fiesta en el bar Orlando a las 00:30 a dos manzanas de tu apartamento, te vienes? - 10:34
Titubeé antes de responder. "Es buena idea salir y despejarme... Sí, eso es lo que necesito", pensé tratando de autoconvencerme.
Allí estaré - 10:36
Un resplandor a mi
espalda me sorprendió iluminando tenuemente la pared que tenía justo
enfrente del escritorio. Me giré bruscamente y me pareció ver como la
tele del salón parpadeaba en una pantalla gris, sin sonido. Si fue así,
aquello no duró más que unas décimas de segundo, lo suficiente para
plantearme si fue real... o no.
Me levanté y me coloqué
justo delante de aquella vieja televisión, volví a mirar los cables y,
alarmada, sujeté nuevamente el extremo del cable que estaba observando
antes de ir a mirar el mensaje del ordenador. Estaba todo desenchufado.
Pero yo había visto ese resplandor. Lo había visto... ¿verdad?
No estaba segura de nada, todo era confuso para mi en ese momento, había vuelto a mi estado del día anterior. No me entendía a mi misma ni nada de lo que pasaba, e intentar organizar mis ideas y las cosas extrañas que me están pasando es inútil.
Pero yo había visto ese resplandor. Lo había visto... ¿verdad?
No estaba segura de nada, todo era confuso para mi en ese momento, había vuelto a mi estado del día anterior. No me entendía a mi misma ni nada de lo que pasaba, e intentar organizar mis ideas y las cosas extrañas que me están pasando es inútil.
Pensé en el mensaje de letras rojas que antes había considerado una cadena tonta, ahora significaba mucho más.
Decía que no me fiara de nadie, que algo o alguien intentaría ultilizarme y que las cosas no son lo que parecen. ¡¿Cómo se supone que debo tomarme eso?!
Tras ir a la nevera a por algo de comer, me acurruqué en un extremo de mi cama, me tapé todo lo que pude con las sábanas y empecé a darle vueltas al asunto.
¿Y si alguien me buscaba? Una especie de psicópata o algo así... ¿Y si va más allá? ¿y si todo tiene que ver? El mensaje, la televisión, la presencia del pasillo, las calles vacías, mi amiga...
Mi amiga. Ella era real, estoy segura, es lo más firme a lo que podía amarrarme, así que decidí volver a hablarle por correo.
Decía que no me fiara de nadie, que algo o alguien intentaría ultilizarme y que las cosas no son lo que parecen. ¡¿Cómo se supone que debo tomarme eso?!
Tras ir a la nevera a por algo de comer, me acurruqué en un extremo de mi cama, me tapé todo lo que pude con las sábanas y empecé a darle vueltas al asunto.
¿Y si alguien me buscaba? Una especie de psicópata o algo así... ¿Y si va más allá? ¿y si todo tiene que ver? El mensaje, la televisión, la presencia del pasillo, las calles vacías, mi amiga...
Mi amiga. Ella era real, estoy segura, es lo más firme a lo que podía amarrarme, así que decidí volver a hablarle por correo.
Me destapé lo justo para
poder alargar el brazo y coger el ordenador. Entré de nuevo en el
correo y abrí su conversación (llegados a este punto he de decir que no
tengo teléfono móvil, solo fijo. El móvil dejó de funcionar después de
tratar de llamar ayer a mi amiga, ¿casualidad?).
Oye, te apetece iniciar una videollamada? - 13:01
En lo que contestaba,
empecé a investigar el correo extraño de antes. Vi que había sido
mandado a más correos aparte del mío, como una difusión... Tal vez sólo
sea un mensaje que un gracioso a soltado y se ha ido propagando hasta
llegar a mi bandeja de entrada. Pero la idea de que realmente es un
aviso importante, no se va de mi cabeza.
Nuevo mensaje.
Nuevo mensaje.
Claro, llama - 13:10
Miré el botón de
llamada, se me haría raro escuchar la voz de alguien después de tantos
días, hacía tanto que no hablaba con nadie... Pulsé el botón.
Un toque... dos... tres...
Un toque... dos... tres...
Hola.
Rotundo, melodioso. Era su voz... sí, era ella.
Hola, ¿qué tal? -dije.
No me respondía, sólo se oían extraños siseos de fondo.
¿Hola? -volví a decir.
Ahora no puedo hablar, lo siento. Adiós.
Colgó.
Eso fue raro, muy raro... ¡Todo era raro! ¿Qué estaba pasando?
Apagué el portátil y me tumbé en la cama.
Era ella... ¿verdad?
No confíes, por muy real que parezca.
Eso fue raro, muy raro... ¡Todo era raro! ¿Qué estaba pasando?
Apagué el portátil y me tumbé en la cama.
Era ella... ¿verdad?
No confíes, por muy real que parezca.
Enterré la cabeza entre mis manos. Ésto no me podía estar pasando.
"Era ella... Era ella...", susurraba a las cuatro paredes de mi habitación.
"Era ella... Era ella...", susurraba a las cuatro paredes de mi habitación.
No sé muy bien cómo,
pero después de eso me quedé dormida hasta que un ruido proveniente del
pasillo me despertó. Miré el reloj, eran las 23:35, en menos de una hora
había quedado con mi amiga y aún no me había preparado.
Me levanté y me di una ducha. Me puse algo medianamente formal para una fiesta pero no quise arreglarme demasiado, me maquillé un poco para evitar las ojeras y me dirigí a la puerta.
No quería volver a sentir la 'presencia' del pasillo. Entonces me di cuenta de que el ruido que me despertó venía de allí.
Hice algo estúpido, como una niña de cinco años que apaga la luz de su habitación y corre hacia su cama a ocultarse bajo las sábanas por miedo a la oscuridad. Cerré los ojos y corrí recto, para no tener que ver ese estúpido pasillo de paredes blancas. Iba con los brazos estirados y cuando noté la puerta metálica del final, la empujé rápidamente y abrí los ojos sólo para darme la vuelta para cerrarla.
Vi el pasillo durante una décima de segundo, creo que la 'presencia' cerró la puerta tras de mi lo que me hizo correr aún más hasta llegar fuera del portal. Miré la calle, todo estaba normal. El día que salí y todo parecía desierto, se asemejaba a un mal sueño comparado con esto.
Había gente paseando por las calles, las tiendas estaban abiertas, el bar, la pastelería... Todo había vuelto a la normalidad. Aún así todo ello me asustaba, me asustaba la gente, el ruido de la calle, el movimiento... Fui a por mi coche que llevaba un tiempo aparcado allí enfrente sin que nadie lo tocara. Entré y encendí el motor. Conduje lentamente por la calle, observando a la gente que pasaba. Llegué al barrio de al lado, fue allí donde vi a ese niño esperando en aquel paso de cebra. Me miró... Agitó su mano en forma de saludo, sonrió irónicamente y cruzó. Enterré la cara entre mis manos, gesto al que últimamente me estaba habituando. "Ésta es la realidad... Pero a ese niño no lo conozco de nada, ¿por qué me saluda?", levanté la cabeza y vi al mismo niño de antes tendido en el suelo, sobre el paso de cebra. Asustada, volví a ocultar mi cara. "¿Estaba muerto? ¿por qué estaba echado en el suelo? Ésto es.. ¿real?"
Miré de nuevo hacía arriba, no había nadie allí. Ni rastro del niño. Miré hacia los lados y nada, el niño había desaparecido. Un auto que había detrás mío pitaba nervioso, el semáforo estaba en verde y yo estaba obstruyendo el paso.
"Se acabó", pensé.
Aceleré de nuevo y di la vuelta. No iría a esa estúpida fiesta, no iría a ningún sitio, sólo lo que había en mi habitación era real, lo que había más allá del pasillo blanco... ¿qué era? No estaba segura, ya no tenía claro nada.
Me levanté y me di una ducha. Me puse algo medianamente formal para una fiesta pero no quise arreglarme demasiado, me maquillé un poco para evitar las ojeras y me dirigí a la puerta.
No quería volver a sentir la 'presencia' del pasillo. Entonces me di cuenta de que el ruido que me despertó venía de allí.
Hice algo estúpido, como una niña de cinco años que apaga la luz de su habitación y corre hacia su cama a ocultarse bajo las sábanas por miedo a la oscuridad. Cerré los ojos y corrí recto, para no tener que ver ese estúpido pasillo de paredes blancas. Iba con los brazos estirados y cuando noté la puerta metálica del final, la empujé rápidamente y abrí los ojos sólo para darme la vuelta para cerrarla.
Vi el pasillo durante una décima de segundo, creo que la 'presencia' cerró la puerta tras de mi lo que me hizo correr aún más hasta llegar fuera del portal. Miré la calle, todo estaba normal. El día que salí y todo parecía desierto, se asemejaba a un mal sueño comparado con esto.
Había gente paseando por las calles, las tiendas estaban abiertas, el bar, la pastelería... Todo había vuelto a la normalidad. Aún así todo ello me asustaba, me asustaba la gente, el ruido de la calle, el movimiento... Fui a por mi coche que llevaba un tiempo aparcado allí enfrente sin que nadie lo tocara. Entré y encendí el motor. Conduje lentamente por la calle, observando a la gente que pasaba. Llegué al barrio de al lado, fue allí donde vi a ese niño esperando en aquel paso de cebra. Me miró... Agitó su mano en forma de saludo, sonrió irónicamente y cruzó. Enterré la cara entre mis manos, gesto al que últimamente me estaba habituando. "Ésta es la realidad... Pero a ese niño no lo conozco de nada, ¿por qué me saluda?", levanté la cabeza y vi al mismo niño de antes tendido en el suelo, sobre el paso de cebra. Asustada, volví a ocultar mi cara. "¿Estaba muerto? ¿por qué estaba echado en el suelo? Ésto es.. ¿real?"
Miré de nuevo hacía arriba, no había nadie allí. Ni rastro del niño. Miré hacia los lados y nada, el niño había desaparecido. Un auto que había detrás mío pitaba nervioso, el semáforo estaba en verde y yo estaba obstruyendo el paso.
"Se acabó", pensé.
Aceleré de nuevo y di la vuelta. No iría a esa estúpida fiesta, no iría a ningún sitio, sólo lo que había en mi habitación era real, lo que había más allá del pasillo blanco... ¿qué era? No estaba segura, ya no tenía claro nada.
Llegué de nuevo a mi
edificio, corrí a mi habitación esta vez sin cerrar los ojos y abrí la
puerta apresuradamente con las llaves. Cerré tras de mi y apoyé mi
espalda contra ella.
Ahí fue cuando tuve la idea, cogí una libreta y un boli del escritorio. La abrí y en la primera hoja escribí una palabra: 'Boulesis'. Término que Aristóteles utilizó en su filosofía para hablar de 'deliberación'. Decidí empezar a escribir todo lo que me pasaba día tras día para tratar de llegar a una conclusión acerca de lo que me estaba pasando.
Sí, aquí fue cuando decidí empezar a escribir ésto, para tratar de ordenar mis ideas. Ahora sólo quiero dormir, olvidar la 'presencia' y al niño del paso de cebra.
Ahí fue cuando tuve la idea, cogí una libreta y un boli del escritorio. La abrí y en la primera hoja escribí una palabra: 'Boulesis'. Término que Aristóteles utilizó en su filosofía para hablar de 'deliberación'. Decidí empezar a escribir todo lo que me pasaba día tras día para tratar de llegar a una conclusión acerca de lo que me estaba pasando.
Sí, aquí fue cuando decidí empezar a escribir ésto, para tratar de ordenar mis ideas. Ahora sólo quiero dormir, olvidar la 'presencia' y al niño del paso de cebra.
...
Estoy en la cama, hace
un rato decidí ir a dormir pero algo me despertó. Mi móvil está sonando
con el tono de llamada que tenía puesto para mi mejor amiga. Pero mi
móvil no funcionaba... Desde ayer no funcionaba. No es real... Estaba
estropeado... No es real...
Me voy a tratar de conciliar el sueño de nuevo, no debo darle importancia a lo demás, son solo imaginaciones mías... ¿verdad?
Me voy a tratar de conciliar el sueño de nuevo, no debo darle importancia a lo demás, son solo imaginaciones mías... ¿verdad?