Vago deseo el de ser, estar. Oscuridad en sombras tenebrosas que surgieron de tu corazón, lanzándome a un vacío que alimentaba su negrura. Y allí sola me hallé, vagando entre el dolor de las almas, las repudiadas sin motivo.
Corazones puros y cansados, acabados en la desdicha, en la desilusión. Corazones arrancados por manos sin escrúpulos, que acunan el daño y sonríen ante él. Estrujándolos hasta secarlos de sangre, y ya sin vida los cuerpos languidecen hasta desaparecer. Cadáveres de muerte, rostros de mirada perdida, ojos de locura. Ya no ven la vida, ya no ven la muerte. Sin control ante la falta de sentimientos, perecen.
Largo túnel de oscuridad es nuestro destino, la de aquellos que ofrecimos nuestro corazón con los ojos cerrados y la pureza de la inocencia, desconociendo la maldad del hombre.