La tirada por Mi Pluma LMC

Las dudas asomaron a su balcón, al que se asomaba despeinada esperando el viento de la vida. Los días avanzaban sin compasión y creía que era hora de sentarse, de pensar, de peinarse. 

Le resultaba difícil hablar consigo misma así que había inventado una manera, ella preguntaba mientras otra voz le respondía; y al final mantenía una conversación con un amigo, el más fiel de todos, ella misma.

Normalmente la táctica le funcionaba; sin embargo, no estaba dando resultado, su oyente se quedaba en blanco y la conversación no llegaba. Ella planteaba dudas y más dudas. Su cabeza era tal hervidero que salió corriendo a la terraza a recibir el aire fresco. La distracción la relajó, aunque su desdicha seguiría presente.

Hora tras hora, el tren pasa. Mirar al pasado no sirve de nada, en el frente encontrarás la calma.

Finalmente decidió acudir a su amiga, la de toda la vida. Y le pidió consejo, no a ella, a su don.

Y las cartas salieron: el papa, el sol y la muerte. No hizo falta decir más, el futuro estaba claro. Y cabizbaja marchó para casa.

Su amiga no conforme con la pregunta de su amiga, mal direccionada a su entender, echó de nuevo las cartas; y obtuvo la tirada: la emperatriz, la torre y el mundo. Pasado. Presente. Futuro. Sonrió ante lo que de verdad le esperaba a su amiga cuando entendiese que a veces no importa devolver la mirada al pasado y reencontrarse con el tren que una vez pasó de largo.