He caído presa del frenesí al roce de tus labios contra los míos. He sentido miles de escalofríos recorrer mi cuerpo con cada caricia que me has dado. Y es que es tu piel, mi mayor éxtasis, el lugar donde comienza y acaba todo. Me he perdido en tu mirada, profunda, como si de un óceano se tratase, haciéndome náufrago para la eternidad.
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