Lucy acababa de cumplir quince años y su vida había cambiado por completo. Sus notas no paraban de bajar, su madre se había ido y ahora residía solo con su padre en un pueblo llamado Foz. Había tenido que cambiar de instituto y su relación con sus mejores amigos, Claudia y Sergio, ya no era la misma desde que ambos comenzaran a salir juntos. Lucy siempre había sido una chica alegre, a la que le encantaba sonreír y hacer locuras. Pero un día eso comenzó a cambiar. Pasaba las tardes encerrada en su cuarto, sin saber que estaba ocurriendo. Intentaba encontrar una explicación a sus sentimientos sin hallar respuestas, mientras cada una de sus sonrisas se convertía en lágrimas. Ya no era feliz, no quedaba nada de ella, era una persona totalmente distinta. Cada día se encontraba más débil mentalmente. Lo que ella no sabía era que lo peor estaba aún por llegar y tendría que librar batallas nada fáciles, enfrentándose a situaciones desconcertantes. Ahora contaré la historia con todos los detales. ¿Qué cómo los sé? Porque yo soy Lucy, una chica... ¿Normal?
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